De Herrera de Pisuerga a Alar del Rey

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La última etapa nos lleva al nacimiento de Canal de Castilla, en Alar del Rey, el punto más al norte, y por tanto más elevado, desde donde capta las aguas, en concreto del Pisuerga. Las obras comenzaron aquí apenas poco más tarde que en Calahorra de Ribas, en 1759, con la primera retención o represa para desviar el agua del río en el estrecho de Nogales, y la dársena con sus almacenes. Este punto estaba llamado a ser un hito importante antes de acometer la compleja obra de salvar la cordillera para que la vía navegable llegara al mar. La interrupción del proyecto hizo que se convirtiera en el punto final del Canal de Castilla. Desde su dársena las mercancías, básicamente el cereal, tenían que traspasarse a los medios tradicionales tirados por caballerizas para completar el trayecto a la costa. A inicios del siglo XIX Alar del rey, única de las localidades nacidas en razón del Canal que se ha consolidado hasta nuestros días, acoge un nuevo producto, el carbón de cock, que llegaba de la montaña palentina para ser embarcado rumbo Palencia, Medina de Rioseco y Valladolid.

El inicio del canal nos deja en las estribaciones del sector de la Cordillera Cantábrica conocido como Montaña Palentina, lo que se aprecia fácilmente en el cambio de paisaje, con los primeros relieves destacados. Ya antes, en la ruta, a la izquierda de nuestra marcha, si el día es claro hemos podido apreciar las principales cumbres palentinas (Pico Tres Mares, Espigüete, Curavacas, etc.) recortándose contra el horizonte. Más próximos tenemos ahora las mesas erosionadas de las loras palentina y burgalesa.

Antes de llegar a Alar la ruta ha pasado por San Quirce de Riopisuerga y por Barrio de San Vicente, donde se encuentras las esclusas 1 y 2. En el propio Alar son muchas las construcciones e infraestructuras que reclaman nuestra atención: el monumento conmemorativo, la esclusa de retención inicial y la dársena, que tiene una anchura de 30 m y una longitud de unos 200, en cuyos muelles se levanta el singular edificio del almacén, formado por doce naves contiguas con cubiertas a dos aguas, popularmente denominado “edificio de los picos”, y también el modesto y lúgubre edificio de piedra de la cárcel de penados, destinado a los presos cuyo trabajo forzoso permitió terminar esta obra.

En este punto le proponemos que aproveche el final del viaje para que realice varias visitas cercanas para conocer parte de la riqueza patrimonial y de paisajes naturales del norte de la provincia palentina. Recorriendo poco más de 10 km desde Alar hacia el norte le aconsejamos la visita al monasterio de Santa María de Mave, hoy hotel-restaurante, y al excepcional ejemplo de iglesia rupestre que se encuentra en Olleros de Pisuerga. En esta misma localidad, el Castro de Monte Cildá, de época prerromana, romana y visigoda, es un balcón natural sobre el Cañón de La Horadada, excavado por el Pisuerga, enfrente mismo del paraje natural de Las Tuerces.

Otras opciones interesantes son el monasterio románico de San Andrés de Arroyo o los tres barrios de Becerril del Carpio, cada uno de ellos con una iglesia románica. En otra dirección, Rebolledo de la Torre, también con iglesia románica y castillo. ¿Y por qué no terminar conociendo el conjunto histórico de Aguilar de Campoo, con su amplia oferta de restauración y alojamiento?