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Un único golpe de aire sobre las velas le basta a la goleta Atyla para comenzar a navegar. Construido íntegramente en madera, este barco escuela permite a los que lo navegan vivir las mismas sensaciones que obtenían los marineros del siglo XVIII al diseñarse con los mismos cánones de esa época para generar eso, la misma experiencia.
Aprovechamos que el periodista y guía de viajes Xabier Bañuelos se encuentra a borde de la goleta para comprobar cómo es la vida en alta mar sobre ella. Y conectamos con él desde “Piedra de Toque” a punto de unir Las Azores con Bilbao, tras haber navegado antes desde Canarias a las Azores. En total, vivirá en este barco de 30 metros de eslora lo que tarde en acumular las 3.000 millas náuticas necesarias para completar la ruta.
Construido a finales de los 80 para dar la vuelta al mundo por la ruta de Magallanes y Elcano, la goleta Atyla es ahora el único barco escuela de estas características construido en el Estado; con base en Bilbao, atracado frente al Museo Marítimo Itsasmuseum, y con un proyecto de innovación social que permite a los que lo navegan desconectar de la tecnología, aprender conceptos básicos de navegación y convivir con una tripulación internacional durante los días que dure la travesía.
Así lleva desde 2014 y por la misma cubierta en la que ahora contempla el mar Xabier Bañuelos han pasado ya miles de alumnos de todo el mundo. “La experiencia es maravillosa hasta cuando mareado te quieres morir”, explica Bañuelos a punto de comenzar su regreso a Bilbao.